La ansiedad ocurre en el cuerpo por desequilibrio en el centro límbico, la parte emocional del cerebro, y por alteración de sustancias mensajeras, los neurotransmisores. Al mismo tiempo tiene un mensaje para quien la experimenta. Explicaré los 3 mecanismos principales y sobre los que podemos empezar a actuar.
- Déficit GABA: (Sustancia de la calma)
- Exceso de sustancias excitantes: Como el glutamato, noradrenalina, entre otros.
- Hiperactividad de la Amígdala cerebral: el centro del miedo.
Pensar mucho y no tener GABA, sustancia de la calma, es como dejar un coche de bebe en la cima de una carretera en pendiente, sin ponerle el freno. Muchos seguro imaginamos el cochecito rodando hacia abajo y acelerándose cada vez más. Así pasa con la mente sin el GABA proporcional a las necesidades. A más pensemos, más inclinada la pendiente de la carretera por la que rodaríamos si no tuviéramos GABA.
Entre más pensemos, productivamente o no, resolvamos el asunto o no, más producimos sustancias excitantes que aceleran, entre otras cosas, la actividad neuronal. Muchas de estas sustancias entran en la clasificación de hormonas de estrés, una vez usadas se convierten en tóxicos que ha de eliminar el cuerpo.
Y luego está la Amígdala Cerebral, el centro del miedo, la supervivencia y detección del peligro. Este maravilloso centro nos alerta de peligros, nos invita a evitarlos y cuida nuestra seguridad física y emocional. El problema es cuando usamos un tapabocas con filtro, para amenazas externas, pero el filtro se tapa y termina bloqueando el paso de aire a los pulmones. O cuando usamos lentes para ver, gafas de sol, y son tan oscuros que todo lo vemos negro. Si la amígdala cerebral está hiperactivada estamos hiperatentos a lo negativo, tanto que dejamos pasar lo positivo, la biología del cuerpo está en modo miedo y estrés, la atención está enfocada en encontrar el problema de las cosas y poco notamos ni recordamos las cosas buenas de la vida.
Con preocupación y miedo, para defenderse del ataque produce hormonas que aumentan el azúcar en la sangre, el sistema nervioso simpático modifica la circulación sanguínea y la envía a los sitios necesarios para salir corriendo, produce noradrenalina, acelera la frecuencia cardiaca y respiratoria, nos hace ver más cosas pero con menos detalle y claridad. También aumenta la presión arterial.
Así las cosas, si durante el día la balanza se mantiene inclinada hacia el modo alerta, con muy pocos momentos de relajación, apreciación y gozo, el cuerpo se mantiene en modo defensa permantente. Luego la incoherencia entre el miedo, acelere y desorden interno, la mayoría de veces inconsciente, y la aparente calma externa aparece como ansiedad y sus múltiples manifestaciones. Y entonces el mensaje, si sufres de ansiedad, es: ¿De qué te sientes amenazado? ¿Cuantas cosas podrían entrar en la lista? ¿Cuales de esas amenazas son reales? ¿Cuales son simplemente recuerdos? Ojo que podemos estar siendo víctimas del miedo a una amenaza irreal, que vista desde otro lugar no nos preocuparía. Descubrir esta realidad puede ser el primer paso de la sanación. Hay muchas otras cosas que podemos hacer para ayudar a nuestra serenidad, calma y equilibrio. Se pueden aumentar los niveles de GABA en el cuerpo, se puede neuromodular la amígdala cerebral y estimular la detoxificación de hormonas de estrés. Sanar la ansiedad es posible, lo demuestran muchos casos.
En los siguientes artículos seguiremos desnudando la ansiedad y daremos herramientas para sanarla.
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